N/T




El sol abrasaba con fuerza mi piel. El aire estaba viciado, pesado. La tierra hervía bajo mis pies. La aridez, la sequía, el calor. Y lo que me quema por dentro.

Mis fuerzas flaquean; mi cuerpo tiembla. Caí de rodillas sobre la tierra, agrietada y sedienta -la tierra o yo. Frente a mi está la puerta abierta de par en par, tendiéndome sus brazos. Del otro lado todo es negro. Siento la frescura que su oscuridad emana; su profundidad me abruma. Y me fascina.

Pero las fuerzas me fallan. Las rodillas me traicionan. La tierra las llama y ellas obedecen. Se pegan al piso que hierve, tan sólido. Las siento sangrar. La tierra sedienta se bebe mi sangre pero no se sacia. "Llora", pero no puedo. Ni siquiera eso. Ni cruzar la puerta, ni levantarme, ni mirar atrás, ni limpiarme la sangre.

"Llora. Por favor. Llora. ¡Grita! ¡Revuélcate en la arena! ¡Lo que sea!". Pero mis rodillas siguen contra el piso, espalda erguida, cabeza baja y ojos vacíos. El otro lado huele a lluvia, el viento que sale de la puerta abierta me acaricia la cara. Fluye.

Y como el viento fluyó una lágrima. Nació en el vientre, subió hasta el pecho, se cargó de odio y llegó a mi rostro. Salió roja de la punta interna de mi ojo izquierdo. Y quemó todo el camino. Recorrió lentamente la línea que siempre siguen mis lágrimas: bajando onduladas por mi mejilla. Y la tierra dejó de beberse mi sangre. Sentí mis fuerzas volver. Sentí la brisa del otro lado de la puerta más fuerte, llamándome en susurros.

Sonreí.

Y llegó una sombra. Se arrodilló a mi lado, "no llores". Abrí la boca y no emití sonido. No tuve nada que decir. No dije nada. Con su dedo índice detuvo la lágrima roja, a medio camino en la mejilla, y con cuidado la deslizó hasta mi ojo izquierdo. "No tienes porque llorar". La lágrima volvió por donde vino: entró en mi ojo, bajó hasta el pecho, soltó todo el odio y llegó a mi vientre.

La tierra bebe mi sangre de nuevo. "Ven, hagámos que llueva". Se levantó y me tendió la mano. Lo miré, miré al sol. Miré la tierra, miré la fría oscuridad del otro lado.

Bajé la mirada, cerré los ojos y sangré.

3 comentarios:

BabeDeJour 28 de abril de 2009, 17:49  

Benditas sombras, cariño. Nos persiguen pero tan sólo porque son parte de nosotros, por mucho que nos cueste admitirlo. El detalle es que, una vez lo hacemos, la persecución se convierte en guía, y la guía en lágrima, en tierra, en sangre. En vida.

Needless to say, I love it.

Eso dicho, ¿vos qué pretendéis poniendo mapas de África en el blog?

Pandacucho 29 de abril de 2009, 13:31  

Promover el hambre en los niños de etiopía, pretende.

Debió ser un trebol, la rama en el centro, por cierto.


No puedo decir más de este texto. Los ecos que hace no responden en palabras.

Anónimo 30 de abril de 2009, 5:42  

Tocan la puerta tres veces, serás tu quien llama,
Una ves más el timbre me dice que alguien insiste en entrar
Sin embargo la sangre corre dentro y abrir seria redescubrir lo que ya se, lo que no se pudo evitar…acaso él escuchara lo mismo
Me trato de parar y me veo en la esquina del techo: aire perfecto, paz, no hay dolor…solo silencio, me molesta el timbre, Será que no se va a abrir la puerta, la vergüenza puede más que la verdad algo empuja aun si querer, alguien que trata de esconder, no se que, y la imagen inmóvil de ojos que tratan de ver pero solo miran es algo que no puedo entender,
Tocan la puerta tres veces, serás tu quien llama
La memoria se vuelve bruma en el instante exacto en que la sangre empezó a correr, mi memoria habla de vino, de ceniceros sucios de frases dichas al descuido, mi memoria habla de silencio profundo en la mano que se alza y se vuelve amenaza…juez, tribuno y verdugo de un cuando ajeno que suena perdido…hielos que tintinean en vasos que se sorben en lo amargo
Tocan la puerta tres veces, serás tu quien llama,
Huyes sin saber donde, huyes sin saber de que
mentiras escapas, o que realidades torturan tu alma, me viste yo no recuerdo tus ojos pero si tu mirada,
Furia y odio en algo que explica tardías madrugadas
Saliste por la hendija de una ventana, cobarde escurres
Tu sombra en el escollo que yace en la alcantarilla
Donde la lluvia se vuelve estiércol y pace la rata
Tocan la puerta tres veces, serás tu quien llama
Un ruido sordo fuera me habla de gente extraña,
Mi cuerpo se hace pesado, no se levanta, yo sigo en el techo y sin ver veo, sangre mana roja y mancha la alfombra de una casa sin alma, es ajeno y sinembargo mi memoria habla de golpes que laceran sentidos, caí o me tiraste, no lo recuerdo….
Ya no tocan la puerta, me levantan, me mataste o estoy muerta
Me miro desde el techo y no entiendo, o quizá me despierto la tierra cubre mi piel y los gusanos me convertirán en huesos, serán esos huesos los que abonen la tierra, y serán tus burlas los que hagan florecer una vida nueva, lloraran sus hijos a la tierra muerta y tu reirás tu cobardía en tierras ajenas.

la tierra esta ahita de tragar tanta sangre,...cuanta mas habra de caer????

起死回生

起死回生
Wake from death and return to life

Facebook Widget

Seguidores