Segundero


El reloj está formado por una serie de engranajes, una tuerca que arregla la hora, un marco, un cuerpo, un vidrio y dos o tres agujas.
"O": conjunción disyuntiva que denota la disponibilidad de uno de los elementos que la circundan; no "y": conjunción copulativa que denota imperatividad. ¿El imperativo categórico de Kant? Yo tampoco sé que significa eso, sólo sé que no lo soy. No hace falta que pase por sesenta puntos para que el minuto exista. El tiempo no deja de correr porque me detenga, ni para el tiempo en sí mismo ni para quien lo contempla.
Soy la manifestación de la existencia del camino que lleva al minuto, eso es todo. Nadie mira a un segundero, es suficiente con saber que existe el segundo. Basta con saber los minutos para calificar un retraso. A mi sólo me observa el que con la mirada pretende apresurar al tiempo y acumular nudos en la espalda con cada tic de mi existencia, para lograr sentir esa opresión en el pecho que a menudo mi existencia causa; no el segundo, yo.
No soy necesario, soy disponible. Puedo estar o no estar. Disyuntiva de nuevo. Al estar consumo vista y sumo peso al cuerpo del reloj, del que soy totalmente accesorio.
Marco la existencia de lo efímero e insignificante: el segundo. El segundo es un tercio de respiro, un parpadeo, medio te amo y sólo uno de mis tics.

起死回生

起死回生
Wake from death and return to life

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