Mi Mamá... A Genius Hidden in Caversham Heights


Era uno de esos días en que el sol se negaba a trabajar y el cielo lloraba su ausencia, llenando de lágrimas las ventanas; los árboles aullaban su hastío en el bamboleo de un viento profundo, frío, repentino. Era uno de esos días como tantos otros en que la chimenea no encendía…es que la madera humedecida se negaba a la llama o quizá era la falta e cerillas en la caja; era uno mas de tantos días y mis manos envejecidas no atinaban a encender la cocina, no había café ni te, ni la eterna caja de cigarrillos, siempre por la mitad, escondida, para cuando el vicio apremia y no hay mucha alternativa, cuantos años estuvo ahí ya no recuerdo cuando dejo de estarlo, detrás de las tazas en el cajón de arriba . Me parece una eternidad ir de la cocina a la puerta de atrás, yo no se que rechina mas si las bisagras o mis rodillas, abro el candado que a fin de cuentas de lo oxidado no cierra, y abro la puerta, las rosas están en su mejor época, siempre me gustaron las rosas, quizá porque todo lo hermoso hace daño…y las rosas puyan. No puedo ir mas allá esa tristeza profunda del cielo te dice que debes entrar y dejar que termine de llorar. Ah! Envejecer es cosa seria, enciendo una luz leve y reabro el libro que nunca termine de leer y acaricio sus páginas que puedo repetir de memoria, me gusta pensar que nunca lo termine de leer, como me gusta pensar que estas aquí, lo dejo al descuido en la silla, y sigo a la biblioteca, no me gusta hacer ruido, se que duermes. Ayer te escuche hasta tarde, también se que te dio hambre, el plato que te deje amaneció vacío, como me gusta acariciar tu cabello cuando duermes y darte un beso en la mejilla, como cuando eras solo una niña, pero mejor no me acerco, a lo mejor te despierto y nadie quiere eso, apago la luz y me siento a velar tu sueño, y el claroscuro del cuarto lo pueblan tus recuerdos….los bucles dorados de tu cabecita despeinada, tus grandes ojos castaños que no cabían en tu cara, la dulzura picara de tu sonrisa, toda tu cabías en mis brazos enterita ovillada, mi niña, la que se abrazaba a mis piernas para no dejarme ir a trabajar, y mis ojos se poblaban de lagrimas, la que con una gorra puesta y montada en un triciclo hacia del patio un estadio, esa mi niña la que dormía a mi lado; como te gustaba brincar olas en la playa, hacer carreras en la arena y en una hamaca dormir la siesta, la que era feliz metiendo sus pies en mis zapatos mas altos, para luego, no se como, lograr dar tres pasos…no había pintura de uñas o de labios que no terminaran en tus manos y dejaran huellas en muebles, alfombras y paredes…Ah! Los caballitos…cita obligada de los domingos, la pizza siempre presente luego de una tarde de tío vivo, sillas voladoras, carritos, trenes, aviones….que en tu imaginación parece que de verdad volaban y mientras mas alto subían mas grande la carcajada, los fines de semana de circo, tu eterno miedo a los payasos. Ah! Mi niña adorada, esa que no se cansaba de escuchar mis desafinadas canciones…y donde queda el cuento, preciso instrumento, tus favoritos…el gato con botas, los tres cochinitos…a veces aparecía pulgarcito, cada oración era una cucharada de sopa; las fiestas de cumpleaños, los patines en línea…las rodillas rotas. Mi Muñeca, creciste tan rápido, atrás quedaron los días del colegio, el pleito por lo feo del jumper, y mamá odio a las monjas, el primer pleito entre amigas, el primer diario, la ilusión hermosa de tus quince años, el coro, las carreras, las primeras fiestas, y el mama quiero manejar necesito un carro…y empezaron los dolores de cabeza…aun intactos….ya no hay bucles ni medias tobilleras, te me hiciste mujer demasiado rápido. Duerme ángel mío…nada malo pasa…mamá esta a tu lado.

Ah! Envejecer es cosa seria, es que era uno de esos días en que el sol se rehusaba a trabajar, y en las ventanas empañadas eras tu Reina Mía quien me sonreía.

起死回生

起死回生
Wake from death and return to life

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