Quemada por el Tiempo


La rodilla rechinó ligeramente al doblar la pierna para impulsar su cuerpo hacia arriba. Sus brazos cansados aceptaban a regañadientes levantar su propio peso. Finalmente franqueó el muro.
Con un suave clic el cerrojo de la puerta cedió; chirrió un poco en sus goznes al abrirse. Los vellos de su cuello se crisparon como los de un gato. El miedo recorrió frío por sus venas en tres segundos y lentamente cedió. “Tú revisa los cuartos, yo voy empezando aquí”.
Otro leve clic y el picaporte de la puerta del pasillo cedió también. La impulsó rápido con su brazo haciendo presión hacia abajo para evitar que chirriaran las bisagras oxidadas. Para evitar la inyección fría en las venas. Entró en la penumbra, tanteando el aire con los dedos y los pies, sintiendo vibraciones como una serpiente.
Todas las puertas estaban cerradas. Sintió un leve rumor, voces detrás de una de las puertas, a la derecha, dos metros más adelante. La inyección fría de nuevo. Lentamente, temiendo que el movimiento del aire alertara a las voces, llevó su mano derecha al bolsillo trasero del pantalón. El acero del cuchillo brilló sólo por un momento. La base de su espalda se tensó.
Se acercó a la puerta, no tenía seguro. Torció el picaporte y presionó hacia abajo. Abrió con el cuchillo por delante y el miedo a sus espaldas, agazapado en la oscuridad, acechante. Entró con un salto sigiloso y apuntó el cuchillo hacia la televisión encendida. Bajó la guardia y no pudo suprimir una sonrisa. Quédate donde estás, miedo. Bajó la mirada un poco ruborizado y repasó en diez dedos del pie pintados de rojo.
Dio un salto hacia atrás. El miedo saltó desde la penumbra y le desgarró por dentro. Los dedos rojos pertenecían a una mujer anciana acostada en la cama cerca de la puerta. Tenía unos pequeños pies juntos, las manos delicadamente cruzadas sobre su regazo y el rostro casi terso relajado en una leve sonrisa. Su cabello color nieve pura estaba derramado sobre una almohada de tela rústica. El control remoto y los lentes descansaban sobre una fomentera de plástico azul. Las joyas en su cuello largo y sus pequeñas orejas resplandecían con el reflejo de la luz de la lámpara y proyectaban pequeñas bolitas de luz hacia el techo de la habitación… inmóviles. EL pecho enjuto no subía ni bajaba, las fosas nasales pequeñas no se expandían, los párpados no temblaban. La anciana sonreía.
Apagó el televisor. Lentamente se acercó a la anciana. No hay que molestar a los que duermen. Se quitó la gorra que cubría su cabeza y parte de su rostro, -¿por respeto?- y se hincó en una rodilla. Miró de cerca el cuello de la mujer y alargó su mano derecha. Estaba tibia, llevaba poco tiempo muerta. Miró su rostro aún colorido, sus labios pintados, su cabello peinado y elegantemente derramado enmarcando su cara. Sonrió… Es hermosa.
Quizá haya tiempo de salvarla. Fue posiblemente un infarto o quizá un paro respiratorio mientras dormía. Fue al baño contiguo, la puerta estaba abierta. Necesitaba algo de agua fría para hacerla reaccionar en caso de que hubiera tiempo. Se detuvo frente al lavamanos y abrió el agua. Sus ojos se posaron sobre un cofre dorado abierto. Dentro del cofre había un rouge, polvo de maquillaje, mascara, varios tonos de sombra de ojos y un blush. A su lado había otro cofre con un anillo que hacía juego con las joyas que llevaba en el cuello y las orejas la anciana. Del lado izquierdo del lavamanos había un cepillo con algunos cabellos blancos entre las cerdas, en las repisas de la pared, varias cremas coloridas. Hacia el frente un espejo de medio cuerpo reflejó al ladrón. Ahora estaba atrapado dentro del marco del espejo, entre productos de belleza e hileras de bombillos apagados. Sus ojos lo miraron, vieron su cabello despeinado, su camisa negra y sus pantalones roídos. La cara demacrada, con ojeras y sudor. Miró a su derecha, hacia el cuarto, y vio a la anciana. Cerró el agua. No le gustará que le arruine el maquillaje.
Salió del baño. Reparó en la pared detrás de la cama. Un rosario de madera enmarcaba una cruz tallada en madera con un Cristo agonizante que parecía mirar con lástima el lecho de muerte de la anciana, con su cabeza inclinada y los labios mustios. El ladrón miró a Cristo, Cristo no miró al ladrón. El ladrón sonrió.
Caminó hacia la peinadora, un gran mueble de caoba pegado al lado derecho de la pared, cerca de la puerta. Santa Rita, santa Marta, San José, la Rosa Mística, Fátima, Guadalupe, san Antonio, san Cristóbal, san Judas Tadeo y san Francisco compartían morada y altar común, en línea recta, como batallón presto a la batalla; todos con ofrenda de velas apagadas, de varios colores, algunas flores secas de olor acre e incontables estampas de oraciones genéricas. Al final de la hilera una lámpara y una foto. Hacia abajo, gavetas medio abiertas, con cartas de papel quemado por el tiempo, hilo de coser, agendas, guantes, rosarios, tres pequeñas velas blancas y una foto color sepia.
Miró la foto. Era ella; ella con veinte años. El cabello en un peinado alto y rígido, la cintura pequeñita ceñidísima por una faja, el pecho realzado, la falda vaporosa hasta las rodillas, limpiamente cruzadas, culminando las piernas en un par de tacones altos. Los brazos blancos abiertos con gracia, simulando una garza en vuelo, el cuello largo, los labios rojo pasión sonriendo ampliamente, agujeros en los cachetes y ojos rebosantes de alegría.
Colocó la foto sepia al lado de la que se encontraba en un portarretratos en la parte superior de la peinadora. Justo al lado de los santos, con algunos restos de vela color crema alrededor -¿venerada?. Un santo más o una petición a los santos. Sólo la anciana sabría si el fuego de las velas ardiendo al unísono se inclinaba ante la mujer de la foto en el portarretratos.
En primer plano mostraba la cara de la anciana, muy cerca. Tan cerca que marcaba las pocas arrugas que rasgaban su grácil semblante, joven a pesar de los años. El pelo, ya blanco nieve, estaba recogido en un moño, unos zarcillos largos enmarcaban su mandíbula delicada; las cejas bien depiladas, los ojos maquillados con sombra oscura, las pupilas opacas, los ojos mustios; el rostro cetrino y los labios ampliados en algo que quizá era un intento de sonrisa. La tez rígida, los dientes blancos unidos, las comisuras de los labios curvadas hacia arriba… Toda la apariencia de sonrisa que termina siendo una mueca -¿a su pesar?- que no llega hasta los ojos, que se ven reducidos, inclinados de dolor en las comisuras, que miran más allá del visor de la cámara hasta los ojos del observador de la foto, hasta el fuego danzante de las velas, en una actitud de súplica escondida en una de esas sonrisas de aquellos sin más razones para sonreír.
Sin nada más que esperar.
Miró los ojos de ambas fotos y se dirigió a la cama. Se sentó al lado de la anciana y observó su rostro. El cabello y las joyas igual de pulcros y elegantes, brillantes. El rostro igual de terso; los ojos cerrados plácidamente y la sonrisa extendida por toda su faz. Toda ella sonreía, no como en la foto sepia, carcomida por el tiempo, no de alegría ni de angustia. Paz.
No hay que despertar a los que duermen.
El ladrón besó la frente de la anciana, ya un poco más fría. Tomó una caja de fósforos de una gaveta y lo encendió. Jugueteó con el baile de la llama por dos segundos y luego la protegió con su mano izquierda. Encendió una vela y la colocó frente a las fotos. Venerando, hincándose, bailando para las tres mujeres que quedaban en el cuarto, iluminadas por el fuego, sonriendo de alegría, dolor y paz.
Salió de la habitación y cerró la puerta tras de si. Los goznes chirriaron pero el miedo se mantuvo agazapado en la penumbra. Ya no podría jamás el miedo cruzar ese umbral.

10 comentarios:

BabeDeJour 8 de febrero de 2009, 8:34  

Me gusta. Es delicado y preciso, casi como sino hubiera sido esrito sino esbozado con un pincel muy fino. Y me encanta la imagen de una muerte pacífica mientras el miedo está al acecho del otro lado de la puerta.

Un besote, nena ^^

Anónimo 20 de febrero de 2009, 3:58  

Traduccion al español
la rodilla rechino, cuando se quizo parar.
y cuando se trato de apoyar en los brazos a penes podia.

y salio abroi la puerta con cerradura que sonaba y la puerta hizo un ruido con las bisagras son aceite

se le puso la carne de gallina del culillo que tenia.
alguien le dijo: "Anda a revisar los cuartos, que yo reviso aqui!", abrio cuidadosamente la otra puerta que daba al pasillo y que tambien sonaba. estaba oscuro y no veia, las puertas todas cerradas. oyo un ruidito ala derecha. otra vez la carne de gallina, se metio la mano en el bolsillo y saco un cuchillo (a lo pedro navajas) abrio la puerta agarrandola por la manilla (que algunos llaman picaporte no seporque que vegra no?) y el miedo escondido en la oscuridad que generaba la television encendida (claro todos saben que la televison quita luz no da... e inteligencia) le cayo a gritos al miedo y vio unos dedos rojos de una vieja (en el texto original dice repaso pero debe ser reparo que en sifrino quiere decir que se dio cuenta o que noto :P) en fin la vieja estaba acostada en una cama que seguro era vieja tambien. la vieja en la cmaa vieja tenia pies pequeños y estaba hechada sonriendo con las canas que ocultabna la almohada y el control remoto y los lentes al lado tenia puesta una cadenita y unos zarcillos. la vieja flaca no respiraba. asi que apago el televisor para ahorrar electricidad se quito la cachucha y se arrodillo (hay algunos que se hincan otros se mayan otros no se bañan) La vieja se habia muerto hacia poco pq todavia tenia color y estaba caliente. estaba maquillada y peinada y era bonita (como son bonitos los viejos muertos claro) y entonces sacando su complejo de paramedico se le ocurrio que alo mejor era un infarto y que aun podia hacerse algo.

bueno ya me dio ladilla seguir traduciendo el parrafito.

Pero en fin es un muy sutil esfuerzo de utilizacion de palabras poco comunes que logra su objetivo que es el no tener idea alguna de que es lo que el relator quiere decir, pero pensar que con tan profundo manejo del lenguaje el tipo debe tener razon, al mismo tiempo que nos negamos a reconocer que no entendimos un carajo para parecer cultos nosotros tambien... de hecho hasta se puede sacar una guevonada del estilo hipertrofico simple linguistico acompañado de una sutilidad efimera que nos transporta aun mundo maravilloso donde la muerte es bella y nosotros bobos.

en fin que odioso soy... peor no! no es odiosidad Es Nihilismos que mucho mas in! y ademas es una palabreja digna de un palabrifice...

por cierto yo tambien escribo de vez en cuando... y odiaria que un hijo de puta la agarrara conmigo de la misma manera!

Pandacucho 20 de febrero de 2009, 11:59  

El regionalismo y criollismo está regastado. Con la globalización tal como está, es absurdo que, en un cuento en donde el hecho de pertenecer a X o Y parte del mundo no se resalta, se critique el uso de X o Y palabra. La regla más poderosa del lenguaje: si llega al receptor, funciona. Picaporte va.

Además de ser una palabra muy linda, como "revienta" o "úvula" o "lonja" o "pendejo".

Anónimo 21 de febrero de 2009, 18:32  

Y si el regionalismo no va y picaporte si.. entonces porque aceptamos el modismo regional particular de "CHIRRIA".

Los autores adaptan sus historias a las realidades que conocen y las embelezan con el uso indiscriminado de palabrejas en absoluto desuso para forzar al lector a pensar en un grandiosismo literario inexistente.

:P

Pandacucho 22 de febrero de 2009, 5:21  

Por la misma razón por la que se come chino en un restauran italiano en París.

Está en desuso en Venezuela, pero no en las lecturas de la autora. A partir de la inclusión de la palabra en obras literarias, bien sea por razón estética, o por razón que le de la gana, puede usarse de nuevo. Todo dependerá del hablante, y no de los críticos. Aún así, si se entiende, funciona.

Anónimo 22 de febrero de 2009, 7:00  

Nos salimos de topico, pero mi nihilismo me exige aclarar que en paris los restarantes italianos son manejados por arabes con delirios de europeos y terminas comiendote una pizza halal que es horrorosa no por lo halal si no por el desastre culinario que genera esa fusion etnica.

si tuvistes la mala suerte de encontrar un restaurante italiano manejado por chinos en paris, debes verlo como un logro inedito y tratar de olvidar el horror al que debes haber sometido a tus papilas.

PS: La mejor comida italiana del mundo se encuentra en new york en little italy. el resto es mentira!
los Italianos lo saben y por eso dejan a los chinos y arabes asesinar sus recetas.

Pandacucho 25 de febrero de 2009, 8:19  

Pon-quecito.

Anónimo 25 de febrero de 2009, 22:27  

Siempre hay un falto d lexico y/o inteligencia q cree q entendio la historia cuando en realidad no lo hizo o simplemente habla con insultos pq no tiene otra manera de hacerse notar(pq para explicarse no hace falta,un bruto nunca las necesitara pq se sobreentiende sea por pena o simplemente reparo de la sociedad a ignorar lo inferior,cosa q normalmente hago pero q esta vez no puedo dejar pasar). Si no entiendes buscate un diccionario de sinonimos... saludos guachin!ah! otra cosa,crees q sabes mucho de cocina?ingresa(o debere decir metete o inscribete para q se entienda mejor?)en un curso de cheff internacional!(yo tngo a una cordon azul en mi ksa,todos los dias del año y sin calarme a los chinos ni a los arabes ni a los italianos)

P.D.: duilfo (y)nice

Anónimo 26 de marzo de 2009, 5:18  

Tenia que salir un chavista con los insultos...

y ademas deinsultar es hechon... que tiene una cordon blue en su casa... (Y que te prepara? mojito en coco?)

por cierto hablando de diccionarios y otros animales prehistoricos, chef se escribe con una sola F...

Yo se que soy un hijo d eputa y lo peor es que lo disfruto!

Pandacucho 26 de marzo de 2009, 7:40  

Así como "Tenía" no tenía acento, lo sigue teniendo. Así como "Echón" va sin H, a menos que sea alguien que dice que ha hecho mucho.

Éste es mi último comentario en esta discusión. Este hombre simplemente se regodea en su verborrea.

A cada comentario ajeno se saca algo del culo.

Para ser un hijo de p***, hay que ser un poco más inteligente. Al menos demostrar argumentos sólidos. No pataleos de niñita con falta de atención.

Chau.

起死回生

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